Los cuentos clásicos están en entredicho; se les tacha de violentos, de sexistas y de desfasados como poco, y sin embargo, siguen encandilando a los niños.
Con una estructura claramente marcada, unos protagonistas que se afilian por fuerza al bando de los buenos o de los malos, una trama en la que el ingenio y la bondad son premiados y la mala gente recibe su castigo, gustan, y mucho, a los niños de ahora.
Los cuentos clásicos provocan certezas, disuelven miedos, producen empatías y permiten que el niño, viva, sueñe y sufra con los protagonistas ayudándole a resolver sus propios conflictos.
No los manipulemos, por algo subsisten en este mundo de cambios.
Os dejo un enlace de este artículo de Elvira Lindo por si queréis sumergiros en sus siempre ingeniosos y divertidos comentarios.
http://www.facebook.com/notes/elvira-lindo/mi-vida-en-dos-patadas/386042129726
